Friday, May 15, 2009
Recobrando el tiempo perdido
Veo mi antiguo blog, me asombra advertir el paso del tiempo en algo tan efímero como es este blog que perdí. Me encontré con la dirección y ahora lo vuelvo a recuperar. No sé para qué, en realidad tengo otros dos y uno dedicado a la memoria de mi hijo Santiago. Pienso en el curso que estoy dando sobre Michel Foucault, pienso en lo que en Las palabras y las cosas habla de la representación y lo veo tan claro que casi me dan ganas de quitar el blog a la memoria de mi hijo. En esta duplicación de la “repraesentatio” -esta conciencia del doblez de la “repraesentatio”- la que surge con el Clasicismo, duplicación que prolifera en la relación del significante con lo significado…,(p.70). Como quiera que sea, la representación clásica no puede reducirse a una mera “imagen intelectual”. Implica una distancia que es la que confiere la duplicidad a la imagen: La representación es representada, es efectuada con la conciencia de su carácter “representador”, incluso en el sentido teatral del término. De ahí la posibilidad del juego casi infinito del trompe-l´oeil, tan propio de una época de salones y espejos, jardines-laberinto. De ahí la posibilidad de analizar la representación y hacer de este análisis fundamento de la teoría del signo. De ahí la posibilidad proliferante de hacer reduplicar esta representación, de “embellecerla” con toda suerte de simetrías, y la conciencia del carácter artificioso que el hombre se hace de la realidad de su época: el hombre es disfraz en un mundo que es teatro y decorado. Es una duplicación de esa imagen, es decir, la imagen representada y la conciencia de su carácter representador, en donde el lenguaje ya no remite a las cosas sino a sus representaciones. Éste es el problema, que de seguir así algún día el lugar se convertirá en el sitio de la performatividad y no en ese lugar en donde sólo conmemoro a mi hijo.
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